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Complejo Huentelauquén: primeros habitantes costeros de Antofagasta

Solapas secundarias

Vida en la costa de Antofagasta a través de los artefactos Huentelauquén


Las ocupaciones y conjuntos arqueológicos asociados al complejo Huentelauquén en la costa árida del desierto de Atacama aluden a la subsistencia y al sistema interconectado de locaciones de sus primeros pobladores, que vivían de la caza, pesca y recolección en el Arcaico temprano.

Su sistema de asentamientos incluía:

  • Campamentos residenciales junto al borde costero, hoy probablemente sumergidos.
  • Sitios ceremoniales como La Chimba 13.
  • Zonas logísticas como los aleros de quebrada Cascabeles en el piedemonte.
  • Locaciones de explotación minera como San Ramón 15 en la Cordillera de la Costa (Llagostera et al., 2000; Castelleti, 2007; Salazar et al., 2010).

Esta diversificación expresa un aprovechamiento y manejo integrado de fauna, vegetación, cursos de agua y canteras de rocas (Salazar et al., 2010).

La Chimba 13

Se ubica en la quebrada Las Conchas al norte de Antofagasta, a 3 kilómetros del borde marítimo y 270 metros de altura a los pies de la Cordillera de la Costa (Llagostera et al., 2000).

Es un conchal de 0,9 hectáreas de superficie sobre arenas depositadas por el viento en la desembocadura de la quebrada (Bittman, 1987; Jackson et al., 2011)

La superposición de capas de sedimento expuestas durante las excavaciones reveló fogones y material cultural hasta 40 centímetros de profundidad; estratigrafía que evidenció dos momentos de ocupación en el arcaico temprano: entre el 8280 a 8120 a.C., y desde 7680 a 7400 a.C.

Estos períodos representan un modelo de 2 fases que propuso Agustín Llagostera y su equipo para el complejo (Llagostera et al., 2000).

Los grupos que habitaron La Chimba 13 consumieron preferentemente moluscos y peces como el sargo o corcovado, ayanque, cabinza, cabrilla y en menor medida corvina y jurel, la mayoría de los cuales habita aún en la costa norte (Llagostera, 1979; Llagostera et al., 1997).

En los dos momentos accedieron a las mismas especies en iguales rangos de tamaño, lo que habla de una estabilidad de recursos y continuidad en las técnicas de captura.

Vestigios de tales tecnologías son las pesas de redes, que usaban para entrampar peces en pozas y caletones.

La alimentación se complementó en menor proporción con camélidos como el guanaco (Lama guanicoe) y pinnípedos como los lobos marinos (Otaria sp.), usados mayormente como materia prima para la elaboración de artefactos sobre hueso (Becker, 1998).

También se encontraron restos óseos de cánidos como zorro chilla (Pseudalopex griseus), aves marinas y roedores (Cavia sp.).

Se registraron cerca de 200 litos geométricos además de molinos planos, puntas de proyectil, pesas, raspadores, raederas, cuchillos y escasos núcleos.

En los conjuntos líticos es común el uso de materias primas de origen local como basaltos y andesitas, pero también se constató algunos silíceos de origen foráneo.

La predominancia de actividades de manufactura de artefactos óseos y líticos se evidenció a partir de la gran cantidad de desechos de talla lítica y astillas de hueso (Llagostera et al., 2000).

El uso de estos instrumentos para destazar animales y su consumo ocurriría mayoritariamente en otras locaciones.

Se constató en el sitio el enterratorio de un adulto masculino extendido boca abajo, cuyo cuerpo se encontraba incompleto y en malas condiciones (Costa-Junqueira, 2001).

15 conchas de loco y residuos de pigmento rojo se encontraron al lado de su cráneo y una capa de esqueletos bien preservados de peces y conchas sobre el cuerpo. Próximo al individuo se hallaron fragmentos de instrumentos en arenisca como limas y cilindros (Costa-Junqueira 2001).

Por su cercanía a la Cordillera de la Costa, La Chimba 13 serviría como asentamiento temporal "desde donde los cazadores tenían acceso a los cotos de caza y por donde las presas transitaban enteras o ya destazadas, hacia los lugares de consumo" (LLagostera et al., 2000: 469).

Por el gran número de litos, se propone que la función prioritaria de La Chimba 13 fue de carácter ritual, relacionada con estos objetos 'simbólicos'.

Se postula que habría sido un "punto de encuentro donde las bandas se reunían periódicamente para celebrar sus ceremonias totémicas, (…) un umbral que comunica dos ambientes ecológicos y subsistenciales: el terrestre y el marino" (Llagostera et al., 2000: 470).

Aleros en quebrada Cascabeles

16 kilómetros al norte de la ciudad de Taltal se encuentra la quebrada Cascabeles, de cuya desembocadura se conocen tres aleros tempranos asociados al complejo Huentelauquén.

  • Alero 226-5

Pequeño abrigo rocoso excavado en la década de 2000, que tiene dos ocupaciones:

  1. En el 8290 a.C, representaría un momento de colonización inicial de la costa.
  2. En el 8040 a.C. y de carácter residencial, expresa una consolidación y diversificación de las actividades productivas y extractivas (Castelleti et al., 2010).

En ambas se registraron restos óseos de fauna, malacológicos y líticos. Rocas de muy buena calidad se usaron para elaborar artefactos, labores en las que posiblemente también participaron aprendices.

  • Aleros 224-A y 225

Descubiertos más recientemente, estos recintos logísticos arrojaron fechas del 8530 a.C. y del 8770 a.C. respectivamente, que los instalan como las evidencias humanas más antiguas para la costa de la Región de Antofagasta (Salazar et al., 2013, 2015).

Líticos, conchas, huesos y residuos de pigmento rojo se encontraron en ellos. Su principal recurso alimenticio habrían sido los moluscos (Salazar et al., 2013).

Los tres aleros en quebrada Cascabeles reflejan un temprano conocimiento del medioambiente local y las fuentes de materias primas líticas disponibles.

Los primeros grupos se instalaron "a partir de campamentos de grupos de avanzada altamente especializados en actividades de buceo y complementariamente de pesca" (Castelleti, 2007: 64).

En asentamientos más permanentes, su dieta basada en recolección de moluscos se complementó con peces de orilla y caza de mamíferos terrestres (Castelleti, 2007).

Estas ocupaciones dan cuenta de un sistema de movilidad norte-sur por la costa, y este-oeste hacia la Cordillera de la Costa y pampas intermedias para acceder a cotos de caza de guanacos, pigmentos y materias primas líticas de mejor calidad (Castelleti et al., 2010; Salazar et al., 2013).

San Ramón 15

Yacimiento de explotación de óxidos de hierro (hematita y goethita) y posiblemente manganeso, para la preparación de pigmentos rojos, localizado en la quebrada San Ramón al noreste de Taltal (Salazar et al., 2010).

Las evidencias revelan que se trabajó en el Arcaico tardío y en el Arcaico temprano, con fechados del 8620 a.C. y el 7160 a.C. que la instalan como la mina más antigua en América.

Para las tareas mineras se utilizaban herramientas como:

  • Material conquiológico: palas, cuchillos y punzones sobre conchas de ostión (Argopecten purpuratus) y choro zapato (Choromytilus chorus).
  • Hueso: lezna.
  • Macrolíticos: instrumentos líticos grandes y generalmente de factura simple, como percutores, yunques y cerca de 1000 martillos sobre materias primas locales.

En este sitio se constató una "compleja organización de las labores de extracción [que] otorga una nueva dimensión a los grupos cazadores recolectores de adaptación costera" (Salazar et al., 2010: 20).

Los residuos de pigmentos encontrados en sitios costeros como La Chimba 13, seguramente son óxido de hierro que provino de San Ramón 15.

También se encontraron restos de moluscos, huesos de pescado y mamíferos, que dan señales de la alimentación de los mineros durante su faena.

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